Consideramos que las aplicaciones informáticas son una actividad factible y necesaria para el desarrollo del aprendizaje escolar.
A principios de los años 80, estas aplicaciones tenían como función única el instruir, es decir el objeto de la enseñanza en si. Sin embargo, con el paso del tiempo esta función se fue desarrollando hasta reorientar su objetivo no al hecho de enseñar, sino a facilitar la enseñanza y el aprendizaje.
Actualmente, conviven estas dos corrientes:
- La constructivista-transmisora, en la que han aparecido las imágenes, los videos, colores... que han dado lugar a un entorno multimedia.
- La mediacional-constructiva, que ha mejorado gracias a la aparición de programas para crear actividades educativas.
Así, el ordenador quedaría como herramienta mediadora en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Podemos clasificar 3 tipos de programas y aplicaciones:
- Aplicaciones generales: procesador de textos, hoja de calculo, base de datos, internet...
- Aplicaciones curriculares específicas: de contenido cerrado e interacción lineal, interacción ramificada y de contenido abierto e interacción abierta.
- Entornos de creación de aplicaciones educativas: representada por ejemplo con Clic2
Como conclusión, tenemos que preguntarnos hasta qué punto las aplicaciones informáticas pueden influir en el día a día de una clase. ¿Cómo se explican ahora las raíces cuadradas si hay un programa que las hace por nosotros? ¿Cómo fomentar el uso del diccionario o la enciclopedia en papel si las podemos encontrar en formato CD-ROM? ¿Para qué usar cajas de lápices de colores si podemos usar programas "paint"?
Por ello pensamos que el maestro debe ser un buen docente que utilice esos recursos para mejorar en la medida de lo posible la aplicación de sus métodos y así conseguir que el aprendizaje de sus alumnos sea más eficiente.
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