martes, 12 de abril de 2011

Internet y la enseñanza. ¿Clases virtuales para todos?



Los países menos favorecidos no tienen la posibilidad de avanzar debido a la falta de recursos. Es por eso que son incapaces de invertir dinero en educación, ya que apenas tienen para su propia alimentación. Pero gracias a la llegada de Internet, estos países poco a poco están comenzando a combatir la pobreza.

Una de las formas con las que los gobiernos han tratado de ampliar las oportunidades educativas al mayor número posible de personas sin aumentar excesivamente los costos es a través de la enseñanza a distancia. La enseñanza a distancia ha probado ser una solución atrayente para los que viven demasiado lejos de las escuelas o universidades, están demasiado ocupados en sus casas como para frecuentar las escuelas de manera regular o son demasiado pobres para pagar los cursos.

Con el surgimiento de Internet, la experiencia de la enseñanza a distancia se ha transformado completamente. Antes la enseñanza a distancia era esencialmente una experiencia aislada, en que el estudiante se enfrentaba a una cantidad enorme de materiales de estudio enviados por correo, con contactos esporádicos y rígidos con un instructor tan lejano como de difícil acceso. En este tipo de entorno, no solamente el estudiante debía superar una serie de dificultades para ponerse en contacto con el instructor, sino que además debía esperar prolongados períodos de tiempo entre el envío de su pregunta y la recepción de la respuesta. Además, la interacción se limitaba a la relación individual entre el estudiante y su instructor, ya que no existía ningún tipo de comunicación de los estudiantes entre sí.

Por el contrario, Internet constituye una clase virtual cuya esencia es la interactividad intensa y la compartición de los recursos y la información. No queremos decir con esto que no hayan existido clases virtuales incluso antes de surgir Internet. Desde hace algunos años, un cierto número de instituciones de enseñanza se han esforzado por desarrollar y sostener programas de enseñanza a distancia concebidos para los sistemas de teleconferencia. Pero los costos extremadamente altos del servicio han limitado su expansión. Para la mayoría de los países en desarrollo, la tecnología estaba muy lejos de su alcance. Algunos pocos fueron capaces de aplicar el sistema de manera limitada, para un grupo selecto. Además, la necesidad de una presencia en tiempo real hacía que el sistema fuese bastante rígido y no muy apropiado en momentos en que es fundamental la flexibilidad en los horarios de la enseñanza.

La educación por Internet sigue enfrentando obstáculos considerables en muchos lugares del mundo en desarrollo, en primer lugar debido al estado precario de la infraestructura interna de telecomunicaciones y los elevados costos por concepto de servicios telefónicos y acceso a Internet. Los educadores también tienen ante sí el desafío de elaborar y suministrar materiales didácticos adecuados, adaptados a Internet. La mayoría de los materiales didácticos disponibles actualmente en línea fueron concebidos en Europa o en América del Norte, por lo que no son del todo adecuados para su uso por estudiantes de otros países. Pero el hecho que muchas universidades estén adaptando sus actuales programas de enseñanza a distancia a las técnicas de Internet demuestra sus posibilidades como un instrumento para la expansión de las oportunidades educativas. Gracias al fuerte apoyo de los sectores público y privado, la educación por Internet puede contribuir a combatir una de las mayores amenazas que enfrenta hoy el mundo en desarrollo: las carencias educativas.

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